Historicosisraris
Pepito Rencor y Anita Furia tomaban borgoña en el Bar Nacional. Se conocían de antaño pero las manos bonitas de ambos no habían tenido el gusto de acariciarse largamente pretendiendo buscar un vaso o tomar una servilleta, o simplemente recorrer la línea intermitente de la melamina enchapada que buscaba despegarse para el bien de esas manos bonitas que se acariciaban mientras en cada rostro se dibujaban también bonitas sonrisas y aquellos labios queriendo estallar en un beso morado con sabor a frutilla y un bonito vino chileno que seguramente venía en garrafa.
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